Malvivían entre excrementos y chatarra en una finca de Chinchón, donde llegaron a comerse unos a otros por la falta de alimento
ELPAÍS.com - Madrid - 05/03/2008
La Comunidad de Madrid, gracias a la labor de varias protectoras como la Federación de Asociaciones de Defensa Animal (FAPA) y la Asociación Nacional de Amigos de los Animales, rescató el lunes pasado a 47 perros que malvivían desde hace una década en una finca de la localidad madrileña de Chinchón "en lamentables condiciones" higiénico sanitarias. Algunos, en grupos de cuatro o cinco, estaban encerrados en furgonetas y autocaravanas abandonadas, mientras que el resto estaba en espacios cercados por materiales en desuso y en estado higiénico muy deficiente.
La denuncia fue interpuesta por Amnistía Animal Comunidad de Madrid después de recibir las quejas de un vecino, que venía denunciando la situación desde hace diez años. Las protectoras consiguieron liberar a varias camadas de entre dos y cuatro meses, encontradas en "furgonetas muy antiguas y en distintos recintos construidos con restos de chatarra donde la capa de excrementos llegaba a superar los 15 centímetros", relatan los voluntarios de las asociaciones. También había varios carritos de la compra, que eran utilizados como jaulas para alojar a los cachorros. Todos los animales pasaban los días dormitando sobre esta gran acumulación de excrementos y residuos orgánicos.
En la finca donde se encontraban, sin cercar, se acumulaba abundante cantidad de basura que hacía de la zona un lugar idóneo para el anidamiento de plagas, con el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades a los animales y personas. Los perros apenas disponían de acceso a agua y alimentación, excepto pan molido y restos de pollo secados al sol sobre el techo de los vehículos. Como casi todo lo que comían eran harinas, no estaban delgados pero sí sufrían anemia por la mala alimentación. Debido a la escasez de comida, "los animales han llegado a comerse vivos entre ellos", según el relato que hizo a las protectoras el vecino que denunció los hechos.
Además, los animales carecían de microchip y no habían pasado control sanitario alguno. Tenían una gran cantidad de parásitos, lesiones cutáneas. y heridas sin tratar, motivadas posiblemente por las peleas que mantenían unos contra otros por su subsistencia. El olor del paraje era insoportable al olfato humano, así que habría que imaginar lo que era para estos animales. Cono no había ningún control sobre la reproducción de las hembras, su número aumentaba constantemente. La Comunidad de Madrid, tras recibir la denuncia de Amnistía Animal, procedió a la incautación de los perros con la colaboración de Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Todos los animales tuvieron que ser sedados en el momento de su captura ya que apenas habían tenido contacto con personas.
En la operación han colaborado la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Consejería de Economía y Consumo, la FAPA , el servicio de recogida urgente de animales de la Comunidad de Madrid (Vetercam) y el Seprona. El propietario de los animales se enfrenta a 47 sanciones por infracción muy grave de la Ley 1/1990 de Protección de los Animales Domésticos de la Comunidad de Madrid. Cada infracción puede ascender a 15.025 euros.
Tras su rescate, los perros han sido trasladados al Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid, en Colmenar Viejo, y a albergues de sociedades protectoras colaboradoras. En estos centros van a recibir cuidados veterinarios y pasar la cuarentena. Una vez se repongan y concluya el expediente abierto por la Comunidad de Madrid, podrán ser adoptados. Cualquiera que esté interesado puede consultar la página www.madrid.org/proteccionanimal.