martes, 3 de junio de 2008

EL PROYECTO GRAN SIMIO PIDE AL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS QUE EL CHIMPANCÉ “HIASL” SEA CONSIDERADO PERSONA

El caso de Hiasl, un chimpancé que como tantos otros fue arrancado violentamente de la selva africana para ser vendido a un laboratorio, probablemente no hubiera llamado la atención de no ser por que se ha convertido en protagonista de un extraordinario proceso legal en Austria.

Todo empezó en 1982 en la selva de Sierra Leona, cuando Hiasl, que entonces tenía 10 meses de edad, fue arrancado del lado de su madre que había sido abatida a tiros. Hiasl fue trasladado a Austria metido en una caja, rumbo a un laboratorio para ser sometido a experimentos médicos. Otros once chimpancés de la misma edad llegaron con él al aeropuerto de Viena el 29 de abril de 1982, de los cuales diez acabaron muriendo al poco tiempo en zoos.

El día antes de llegar los chimpancés de África, Austria firmó la convención CITES sobre el comercio con especies amenazadas, convención que la llegada de los chimpancés violaba. Entonces el refugio de animales de Viena se hizo cargo de Hiasl y acabaron criándose con una familia humana.

Unos años más tarde Hiasl fue trasladado a unas instalaciones acondicionadas especialmente para ellos en el refugio de Viena. En 2006 los problemas económicos del refugio lo pusieron al borde de la quiebra. Desde entonces la situación del chimpancé es incierta, pues su cuidado cuesta 10.000 euros mensuales. Siendo aún joven, se teme que acabe en un zoo, o que se los lleven a un circo o un laboratorio en otro país (la experimentación y el circo con chimpancés hoy son ilegales en Austria).

A finales de 2006 la organización animalista VGT recibió una suma importante de dinero en donación condicionada a que sea administrada en nombre y beneficio de Hiasl por un tutor legal que le fuera asignado. A partir de entonces la VGT ha trabajado con el apoyo del Proyecto Gran Simio por que a Hiasl se le reconozca el derecho a tener un tutor legal, de tal manera que sus intereses sean tenidos en cuenta y no pueda ser considerado como una propiedad que puede pasar de unas manos a otras y sometido a la voluntad interesada de terceros.

Por lo tanto, en 2007, sus amigos cercanos iniciaron acciones legales para que se le declarara persona y se le nombrara un tutor legal que le representara ante un tribunal. Apoyaron una petición a tal efecto cuatro expertos: el catedrático de derecho Stefan Hammer, la catedrática de filosofía del derecho Eva-Maria Maier, el catedrático de antropología Volker Sommer y la doctora en biología y experta en chimpancés Signe Preuschoft.

De acuerdo con la ley austriaca, todos los miembros de la familia “homo” son personas y los chimpancés pertenecen a esta familia desde 1997 y así está reflejado en el catálogo de especies amenazadas CITES. En segundo lugar, se mantiene que la definición de persona significa que, biológicamente, se posea una “teoría de mente”, cosa que los chimpancés poseen. Sólo si se acepta que “Hiasl” es una persona tendrán importancia sus intereses y podrá ser representado en un juicio contra su deportación para que se haga justicia. Sólo como persona puede recaudar dinero para sí mismo. Y sólo como persona puede iniciar acciones legales y reclamar daños contra los responsables de su rapto para garantizar su futuro.

La petición argumenta que tanto la ley austriaca como diversas declaraciones de los derechos humanos consideran que son personas todos los “miembros de la familia humana”, y desde el punto de vista científico esto como mínimo abarca a toda la familia Hominidae. Además, la gran proximidad genética, comportamental y cognitiva entre el Homo sapiens y el chimpancé hacen que cada vez cobre más fuerza la opinión científica de que los chimpancés (y los bonobos) también deben ser considerados miembros del género Homo. (Es ilustrativo que especies con un grado de parentesco similar al del hombre y el chimpancé, como son el oso pardo y el oso polar, el león y el tigre, o el caballo y el burro, estén clasificadas dentro del mismo género: Ursus, Panthera y Equus, respectivamente.)

“Los chimpancés en general, y Hiasl en particular, no sólo tienen intereses, sino que son capaces de ver que otras personas los tienen también, y actúan en consecuencia, bien de modo altruista, ayudando a otros a satisfacer sus intereses, bien protegiendo los intereses propios en caso de conflicto, escondiendo sus intenciones e incluso engañando. Estas capacidades satisfacen el requisito más exigente que a veces se esgrime para que un ser pueda ser considerado persona: el ser en cuestión debe ser capaz de reconocer la categoría de persona de otros”, ha declarado Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio en España.
Es importante resaltar que ninguno de los jueces austriacos en sus sentencias, han dicho que Hiasl no es persona, por lo que deja abierta esta posibilidad y deja con ello al descubierto razones poderosas de duda a favor del chimpancé.

Ahora el caso esta en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo que deberá aceptar a trámite dicha petición y en la que el Proyecto Gran Simio, pide que se acepte y que Hiasl sea considerado persona con derechos. Según Pozas, si una entidad puede ser declarada con el título de persona jurídica y encima con derechos ¿porqué no un ser vivo tan cercano a nosotros y que está incluido en nuestra propia familia?.

El debate está servido y los derechos de los grandes simios en juego ante el Tribunal de Estrasburgo. Si el procedimiento fuera positivo representaría una gran victoria para los grandes simios cautivos y los chimpancés mejorarían sin duda sus condiciones en Europa.

El Proyecto Gran Simio que lleva luchando durante años para otorgarles los derechos a los homínidos no humanos, ven en este caso judicial, una ventana abierta para conseguir sus objetivos y pide a todos los ciudadanos que envíen cartas de apoyo para que Hiasl gane la batalla legal en la que se está enfrentando judicialmente.

Fuente: www.proyectogransimio.org